Si cree que puede tener asma, el primer paso es hablar con su médico. El médico probablemente le preguntará sobre sus síntomas y hábitos. Si cree que ha tenido un ataque, se le pedirá que describa las circunstancias en las que ocurrió. El médico también puede preguntar si otros miembros de su familia tienen antecedentes de asma o alergias.
Si tiene síntomas respiratorios que comenzaron en la infancia, si le han diagnosticado rinitis alérgica o eczema o si tiene antecedentes familiares de asma o alergias, la probabilidad de que tenga asma aumenta. Sin embargo, estos síntomas también son comunes en patologías diferentes.
Pruebas para ayudar en el diagnóstico del asma
Después de la entrevista, el médico puede:
- Examinar su nariz y garganta. Esto puede revelar signos de inflamación, como rinitis alérgica o pólipos nasales que pueden estar relacionados con el asma.
- Escuchar su respiración con un estetoscopio. El silbido es un sonido agudo que se produce al exhalar y uno de los principales signos de asma.
- Realizar una espirometría. Esta es la prueba clínica más utilizada para ayudar a diagnosticar el asma en personas mayores de cinco años. La espirometría mide la capacidad vital forzada (FVC), que es la cantidad total (volumen) de aire que se exhala, y el volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1), que mide la rapidez con la que se exhala. Si los resultados están por debajo de lo normal para una persona de su edad, altura y sexo, puede indicar que sus vías respiratorias se han estrechado debido al asma u otras causas. Para ayudar a diagnosticar el asma, la espirometría se realiza generalmente antes y después de usar un broncodilatador.
- Medir el flujo espiratorio máximo. Otra forma de medir el funcionamiento de sus pulmones es mediante un medidor de flujo máximo. Este dispositivo mide la fuerza con la que usted puede exhalar. Se fija una cantidad «normal» según su edad, altura y sexo y, si las lecturas son más bajas, puede deducirse que sus pulmones no están funcionando al máximo debido al asma u otras causas. Los flujos máximos no son tan precisos como la espirometría.
Otras pruebas que pueden ser necesarias para confirmar el diagnóstico de asma
- Prueba de provocación. En algunos casos, el médico puede querer confirmar el diagnóstico de asma realizando una «prueba de provocación». Esta prueba consiste en desencadenar síntomas de asma inhalando una sustancia que provoca el estrechamiento de las vías respiratorias en personas con asma y luego repetir la espirometría. Si los resultados son normales cuando no ha estado tomando tratamiento de control, es probable que no tenga asma. Pero si las mediciones han disminuido significativamente, es posible (pero no seguro) que tenga asma. Algunos otros tipos de pruebas de provocación utilizan el ejercicio o la respiración rápida como desencadenante.
- Prueba de alergia. Su médico también puede pedirle que realice una prueba cutánea o una prueba de sangre para identificar la presencia de una alergia. Aunque no se utilizan para diagnosticar el asma, la presencia de alergia aumenta la probabilidad de que los síntomas respiratorios sean causados por «asma alérgica«. Además, las pruebas de alergia pueden ayudar a identificar una condición alérgica que cause o empeore sus síntomas, pero esto no es específico para el asma ni está presente en todas sus variantes. Sin embargo, tener una prueba positiva para un alérgeno no significa que ese alérgeno esté causando sus síntomas.
- Una tomografía computarizada (TAC) puede ser necesaria para identificar otras condiciones que pueden causar síntomas respiratorios.
- También pueden llevarse a cabo investigaciones adicionales para diagnosticar diferentes fenotipos de asma, si esta es grave. Por ejemplo, el recuento de eosinófilos (un tipo específico de glóbulos blancos) en sangre o esputo puede ayudar a confirmar el asma eosinofílica.
Si experimenta síntomas respiratorios, es importante que el médico determine si la causa es el asma o se deben a alguna otra afección. Un diagnóstico correcto le ayuda a recibir el fármaco adecuado y evita un tratamiento innecesario.
Cómo comunicarse sobre el asma con los profesionales sanitarios